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Si la vida fuera como en el teatro

Por Fernanda del Monte

Hace algunos días fui ver el proyecto escénico Atlas Electores 2012, en el auditorio del MUAC y con gran sorpresa asistí a un evento más que a una puesta.

Sí, este proyecto lo que busca es invitar a una serie de electores, que con anterioridad fueron seleccionados de una convocatoria pública para que nos cuenten, y les cuenten a los mismos de Teatro Ojo, por qué es que van a votar por quien van a votar.

El escenario en esta ocasión, que por cierto cambia en cada “puesta”, era una plataforma con dos micrófonos, una característica típica del teatro posdramático denominado por Lehmann que busca romper con la idea de personaje y mostrar más ejecutante s que actores, un teatro que no intenta más buscar una representación sino una presentación, y eso fue lo que vi en escena, la “presentación” de varios electores opinando sobre por qué querían a AMLO o por qué odiaban a Peña Nieto (por cierto nadie criticó a Vázquez Mota algo que llama la atención, de pronto todos

se han olvidado de Calderón, del PAN, de estos doce años y de las declaraciones de Fox apoyando a Peña) es decir, de pronto estaba asistiendo a un evento organizado por una compañía de teatro que proponía mostrar un pedazo de realidad. Y ciertamente, las opiniones, la forma en la que estaba armado el evento, (y digo evento porque es también otra de las características del denominado teatro posdramático) el guión y la dramaturgia que claramente está visible todo el tiempo mientras los electores pasan hacia los micrófonos a exponer o anécdotas o ideas, sentimientos y hasta una especie de espacio para sincerarse: como la chica que contaba con toda tranquilidad que ella no estudiaba ni trabajaba, pero que su madre la había corrido unos días antes de la casa y que ahora no sabía qué hacer, o la señora que después de contar cuando su hijo le dijo que los jóvenes estaban despertando dijo tranquilamente que ella iba a votar por Peña Nieto, ¿fragmento de realidad? ¿Qué es más verdadero el discurso de López Obrador, el video de los alumnos de la Ibero mostrando sus caras o el dispositivo creado por Teatro Ojo para su Atlas de las Elecciones del 2012?

La idea de teatro relacionada con la idea de drama tiene como su génesis la idea de mímesis, entendida como representación, ficción, en este caso, no se trata de una obra dramática, pero sí dispositivo teatral, pues a diferencia de lo que afirma Lehmann es imposible presentar y no representar, ya que en el momento mismo que asistimos a un auditorio cerrado, nos entregan un programa de mano, sabemos

de ante mano que vamos a ver algo que en realidad “no existe”. No existe en el sentido de que no es algo que va caminando por la calle, es una ilusión, es un montaje, está estructurado, pensado, puesto para ser visto, y además en él confluyen voces, personas reales, (y es aquí donde está lo interesante del juego) son personas reales hablando de cosas reales, pero puestas en un dispositivo teatral que las distancia de la realidad, que las pone en escena, y por lo tanto las cambia, las vuelve de cierta manera cuerpos y voces ficcionados, puestos entre una grabación y otra, y de manera asombrosa crea un universo paralelo donde estos mismas personas entran y salen del dispositivo constantemente para jugar con lo que nosotros creemos que es “la verdad”. ¿Es verdad lo que dice López Obrador? ¿Es verdad lo que dice en este proyecto la chica que es parte del movimiento #yosoy132?

Y es aquí que el teatro vuelca su experimentación y búsqueda a zonas que le importan más que la pura creación por la creación, este proyecto vuelve sobre la esencia del teatro y su materialidad que es otorgar un fragmento de realidad, un fragmento de la verdad no mediatizada, un fragmento de la narración de una electora que quiere casarse con López Obrador. Es en ese momento que el teatro vuelve a ser ese lugar, como lo fue en la época de la tragedia griega, donde el pueblo iba a espejearse, a mirarse y poder entonces llegar a la autoconciencia o lo que Aristóteles llamaba la catarsis.

El teatro retoma ese lugar político, en el sentido de la polis donde se reúnen los ciudadanos para experimentar, pensar, escucharse. Es salir de nuevo del teatro con una nueva visión, a partir de un montaje, de la realidad que nos rodea, tratando de romper un poco con el velo de Maya para poder mirar un pedazo, y aún vedado, del abanico de ideologías que conforman a los electores en México en este año de elecciones.